jueves, 18 de diciembre de 2008

Valle de Ferrera, pallars sobirá (Lleida) Agosto/06


RUTA POR EL VALLE DE FERRERA, PALLARS SOBIRA, PIRINEOS DE LLEIDA


LAS MONTAÑAS MALDITAS DE TOR


El valle de Ferrera se encuentra en la comarca catalana del Pallars Sobirá, provincia de Lleida.


Situándonos en la localidad de Llavorsí sale una carretera hacia los valles de tabascan y Ferrera, a sólo 5 kilómetros a la derecha nos adentramos hacia el valle.
Éste es quizás el menos turístico de todos los valles del Pirineo, pero sin lugar a dudas es uno de los más bellos.
Estrecho, con grandes gargantas y con los picos más altos de toda Cataluña ( Pic d´Estats con 3143 metros ).



Este valle prácticamente deshabitado y en algunos lugares incluso fantasmagórico, nos da la sensación de estar perdidos entre las montañas.
Cuando se entra en el valle, las siluetas de las altas montañas al fondo nos impresionan, decenas de caminos a ambos lados de la carretera nos avisan de las muchas rutas que se pueden recorrer. A pocos minutos llegamos a Alins, con sus 70 habitantes está situado en el primer ensanche del valle, en el margen izquierdo del río. La visión del pueblo con el puntiagudo campanario, el majestuoso Monteixo, y con las colinas que marcan el valle, nos impresiona .
Una vez pasado el pueblo, la carretera se divide en dos. Una que nos lleva hacia Areu y la otra al valle de Tor.

El valle de Areu es suave y frondoso, y en este lugar los habitantes presumen de tener los lagos más altos de todo el Pirineo, y con toda la razón ya que la media rondan los 2500 metros de altura.
El Pueblecito de Areu está formado por dos núcleos de población. El primitivo o la força que está situado más arriba del núcleo principal formando un recinto amurallado. En la parte baja y situada en el valle destaca por su esbelto campanario la otra parte del pueblo.

Al final del pueblo sale una pista de tierra que nos lleva directamente a una pequeña explanada donde podremos dejar el coche. A partir de aquí con un todo terreno se podrá circular, nosotros aparcamos y nos dispusimos a caminar durante una hora hasta el pla de la selva.

El camino atraviesa un pequeño bosque de abetos, y tras pasar un riachuelo se abre un extenso prado salpicado por cientos de mariposas de todos los colores revoloteando sobre las muchas flores allí existentes.


Después de disfrutar de una variada flora, y de una fauna abundante llegamos al Pla de la selva.
Un abierto valle nos daba la bienvenida, un lugar realmente fascinante. Pequeños bosquecillos aislados bajo unos impresionantes picos de 3000 metros de altura. Aquí aprovechamos para comer unos bocatas y mantener una conversación con un montañero que acababa de coronar una de las cimas.
Volviendo nuestros pasos a la localidad de Alins recorreremos ahora el valle de Tor por la segunda carretera que comentamos anteriormente.

La distancia que separa estos dos puntos son de 13 kilómetros, y se hacen interminables. La carretera empieza a subir con grandes repechos y así seguirá hasta llegar a Andorra.
El paisaje aquí es espectacular, es único. Apartado de toda civilización, las gargantas aparecen sin avisar y el río fluye con fuerza pendiente abajo.
Ya son las cuatro de la tarde y aún estamos sin comer, solo quedan dos kilómetros para llegar a Noris, allí picaremos algo.
Un cartel derruido en el que intentamos leer el nombre del pueblo nos indican que hemos llegado.

Con solo tres habitantes y siete casas casi destruidas, Noris es un pueblo fantasma. Un silencio sepulcral se apodera del lugar, mientras el silbido del viento tras los árboles nos sobrecoge.
Era evidente que aquí poco íbamos a comer, ya que ni un alma llegamos a ver.
La carretera hacia Tor desaparece y una pista medio asfaltada nos llevará hasta el pueblo más alto del pirineo con 1790 metros de altura.


Tor es un pueblo del rincón más virgen y aislado del pirineo leridano, cerca de Andorra. Tiene trece casas, algunas no son más que ruinas y ocho son las que quedan en pie y habitables, aunque en los meses más duros del invierno, el pueblo queda desierto.
Después de pasar por Noris, sabíamos que en Tor no encontraríamos nada para picar, eran casi las cinco de la tarde y aún no habíamos llegado.
Con unas montañas negruzcas, muy altas y un estrechísimo valle, un cartel nos indica que hemos llegado. Pero es un lugar extraño. “ Cataluña tiene 2000 años y Tor ya estaba aquí “. Con esta frase escrita en catalán sobre las laderas de la montaña, nos hacen sospechar que estamos en un paraje insólito.

Nuestra sorpresa fue al ver una casa que podría ser un bar. Efectivamente, después de preguntar a una chica nos respondió:
-Sí, aquí podéis comer ¿Qué os pongo?.
Tras subir por unas estrechas escaleras, nos llevó a un pequeño salón. Sobre las paredes colgaban cuadros antiquísimos, y una alacena que casi vencida por el peso y por los años, a duras penas se mantenía en pie. Este lugar al menos contaba con más de 200 años de antigüedad.
Una cálida chimenea ( estamos en el mes de Julio ), nos acoge y a su vez nos ilumina, junto a un pequeño balcón por el que la luz solar penetra. Estamos en un lugar perdido del pirineo y aquí la electricidad aún no llega.
Ya casi a las seis de la tarde por fin pudimos comer: Unas chuletas de cordero hechas con la misma brasa de la chimenea y una gran bandeja de chacinas del lugar; queso viejo, pero muy viejo, un sabroso jamón y como no, butifarras del valle.



La chica que a su vez hacía de camarera, era de pocas palabras, aunque después lo entendí. Mi curiosidad era infinita, y no paraba de hacerle preguntas sobre este lugar. Ella siempre evitaba contestar.
Los meses de Julio en Tor son trágicos, y recuerdo que estamos en el mes de Julio.
Desde 1890 los hechos han manchado de sangre la vida de este pueblo.
El 14 de Julio de 1896 se constituye la sociedad de condueños de la montaña de Tor. Esto quiere decir que la montaña pertenece a los vecinos de Tor. Pero los habitantes de este pueblo se reduce a dos familias de caciques; los Sansa y los Palanca ( familia de la chica del bar ), que desde entonces se han disputado la propiedad única de la montaña.
En el año 1980 dos leñadores guardaespaldas de Palanca mueren en extrañas circunstancias, y los del pueblo dicen que Sansa no será el último.
En febrero de 1995, después de medio siglo de luchas por la propiedad, el Juez de Tremp dicta sentencia y convierte a Sansa en único dueño. Pero solo lo pudo gozar cinco meses ya que apareció muerto. Y como dicen los del pueblo no solamente estaba muerto, sino podrido.
Dos años después de aquel crimen sin culpable, los odios entre las dos familias se han convertido en irreconciliables.
Las palabras de Jordi Ribas Palanca hablan por sí solas: “ solo me queda un camino, morir matando “.
Son 2300 hectáreas de superficie las que tiene la montaña de Tor, mucho terreno y tentador para futuros proyectos.
De hecho a finales de los años noventa, una empresa francesa se interesó por esta zona para la construcción de una estación de esquí. Recordemos que Andorra está a solo ocho kilómetros.


La pista que une Tor con el país vecino ha sido lugar para que los contrabandistas y traficantes hicieran su propio negocio al no haber control fronterizo.
Al preguntar en Tor como estaba el camino, me respondieron:
-¡ Bueno, en vehículo todo terreno y con mucho cuidado !.
Para mí era inevitable, debía intentar la aventura y alcanzar la frontera.
Al principio el camino es fácil, pero rápidamente los socavones aparecen y la dificultad se hace latente.
Las nubes se concentran, y al poco tiempo el cielo se pone gris. Minutos después empieza a llover.
El camino se convierte en un barrizal, donde los hoyos son grandes charcos por los que el coche debe pasar. Sin conocer la profundidad y con mucho riesgo los intenté esquivar.
Las vacas que pastean en el lugar se atraviesan por los caminos, pero rápidamente lo cruzan y me dejan pasar.
Lo peor estar por venir; un arroyo con bastante caudal y una fuerte lluvia en ese momento, hacen peligrar la travesía.
Tras pararme y comprobar la profundidad del arroyo, con mucho cuidado lo pude pasar.
El camino bruscamente empieza a subir y el nerviosismo de apodera de mí.
En poco tiempo la noche caerá, el móvil sin cobertura, y el depósito de gasolina a punto de acabar, y yo en un camino sin saber cuando llegar.
Lo peor que puede suceder en estas circunstancias: una bifurcación de camino. ¿ Por dónde he de tirar ?, izquierda o derecha. Aplicando el sentido común cogimos por el camino que subía. Pero en lo alto del valle la Guardia Civil nos alertaba.
En la subida el camino se complica con el terreno y yo asustado decido volver.
La Guardia Civil sigue pendiente de nosotros, y un Land Rover andorrano que subía, el conductor nos preguntó:

-¿ Ibas para Andorra y el camino te ha impresionado ?
Mi respuesta fue inmediata y sincera, has dado con la palabra correcta voy asustado. Me alivió cuando me dijo que debería volver ya que estaba a solo dos kilómetros de Andorra, y lo peor ya lo había transitado. De este modo haciéndole caso, di la vuelta al coche y de nuevo empecé a subir.
La Guardia Civil seguía pendiente de nuestro coche, y como era evidente al cruzarnos me debería parar. Así fue, lo primero que hicieron fue anotar la matrícula y después preguntarme cual era mi destino.
Sin miedo y nada que ocultar le respondimos que queríamos llegar hasta Andorra, pero no sabíamos como estaría el camino. Uno de los guardias civiles que era de Córdoba nos contestó:
-Estáis ya cerca, pero cuidado con algunos tramos, porque el otro día sacamos a un coche de un socavón con los bajos destrozados. ¡Suerte!
Los metros se hacían interminables y a lo lejos, el brillo del sol cayendo reflejaba sobre un gran cartel azul en el que la palabra Andorra lo rotulaba.
Por fin habíamos llegado a la frontera, donde una agradable carretera asfaltada nos daba la bienvenida,



Al bajar del coche y disfrutar de un paisaje espectacular, el olor intenso ha quemado que se desprendía del vehículo, los excrementos de las vacas salpicados por los cristales y puertas del coche, nos daba una muestra clara del largo sufrimiento que había padecido.
La aventura e incertidumbre del camino había merecido la pena.
Por supuesto la vuelta la hicimos atravesando Andorra y entrando por la Seo de Urgell.


Datos de interés:
-Localización: Valle de Ferrera, comarca catalana del Pallars Sobirá en la provincia de Lleida. Pirineo Catalán.
-Donde dormir y comer: Hotel Vallferrera en Areu, un hermoso lugar familiar fundado en 1960.
http://www.hotelvalldeferrera.com/
-Que hacer: Rutas de montaña, subida al pic de estats ( 3143 ), el más alto de Cataluña.
-Recomendaciones: Intentar llegar a Andorra desde Tor
-Información:
http://www.parcsdecatalunya.net/
http://www.yetiemotions.com/
http://www.lleidatur.com/

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