miércoles, 26 de abril de 2017

Barranco del arroyo Pajaruco (Benaocaz, Cádiz) Marzo/17



Entre ferrata y ferrata, entre montaña y montaña, hoy nos hemos decidido por hacer una de barranco; así lo pensamos y así lo hicimos. Víctor nos planteó la ruta, poco después ya teníamos preparado todo el material para rapelar por ese bello barranco del arroyo Pajaruco.


Nos situamos en una de las más bellas localidades de la Sierra de Grazalema, Benaocaz., son muchas las rutas de montañas que hemos hecho por los alrededores, pero esta sería la primera que iríamos de barranco. Así que una vez en el pueblo, aparcamos en la parte alta del mismo, en la plaza, junto al hospedaje-bar El Parral.


Detrás de este sale un senderillo que nos llevará, después de unos veinte minutos y a media altura, al mismo cauce del arroyo Pajaruco.


Una valla con una puerta nos da paso al mismo arroyo. Y aunque un par de rapel los tenemos por encima y el resto hacia abajo, nosotros optamos por realizar estos últimos.


El recorrido total son unos 1430 metros con un desnivel de 230 metros y que el 4/5/13 fue equipado para la práctica deportiva por el grupo GIEX (grupo de investigaciones espeleológicas de Jerez) instalando 11 rápeles con pasamanos y chapas de reunión.

R=rapel
P=Pasamanos


Para nosotros fue una gran sorpresa el ver cuando llegamos allí, la gran cantidad de agua que llevaba el arroyo (pensábamos que estaría seco), las cascadas eran permanentes, el agua corría veloz, y las pozas, algunas con bastante profundidad...y nosotros no íbamos preparado con trajes neoprenos ni zapatillas de agua. 
Así que visto lo visto, tuvimos que improvisar, y del total de 11 rapels, nosotros hicimos 4+1 (ver mapa:3,8,9, 10 y uno para esquivar una poza), el número 4 y el 11 no conseguimos ver las anillas para tirarnos, los números 1 y 2 quedaron muy arriba cuando empezamos y los 5,6 y 7 caían a una poza (nos hubiéramos puesto chorreando).



¡Ea, pues allá vamos!, Pepi, Víctor y yo somos los tres participantes que estaremos casi cuatro horas rapelando, saltando de roca en roca (¡cuidadin con la verdina!), pinchándonos, mojándonos y hurgando entre las adelfas. 



En el  tramo inicial fuimos  buscando el paso para acceder al primer rapel (el 3), a veces podíamos caminar entre las rocas y otras buscando senderos alternativos que subían por encima del arroyo.


Fijándonos bien en las rocas cuando encontrábamos un desnivel, por fin tras una media hora de arroyo encontramos nuestras primeras anillas para el primer rapel.


Sacamos nuestro material y empezamos a colocar las cuerdas, yo aseguraba a Víctor mientras que el preparaba el rapel.


Y allá vamos, primero me tiré yo, después Pepi y el último Víctor recogiendo la cuerda.


Pepi con tan mala suerte que resbalo lateralmente y se metió bajo la cascada de agua.
Mojada todo el tiempo, fue bastante incómoda, aunque pudo cambiarse algo de ropa.



Seguimos avanzando por el arroyo, pudiendo disfrutar de bonitos rincones de cascadas y curiosas formaciones rocosas.



A veces es imposible seguir por el arroyo, salvo que nos pongamos de agua hasta la rodilla, y buscamos pasos alternativos...pero con mucha precaución.


Y llegamos a nuestro segundo rapel (el 8), este aunque desemboca en una poza, nosotros lo que hicimos fue rapelar hasta casi la poza y después subirlo (aunque costaba tirar de la cuerda)


Primero se lanza Víctor


después Pepi...


Y sube...


Ahora voy yo...


Y también tiro de la cuerda para subir...


Seguimos avanzando en busca del siguiente rapel (el 9)...y llegamos al poco tiempo.
De nuevo desemboca en una poza, y lo que hacemos es bajar casi a ella y de nuevo tirar de brazos para subir de nuevo.



Y ahora para arriba, aunque con mucha precaución porque al poner el pie en la roca nos resbalamos, la verdina es muy asesina.


Y ahí va Víctor, realizando la misma operación...



En esta Pepi no se tira, está helada, y se queda pendiente del tema del agarre de las cuerdas.

Y llegamos a nuestro último rapel (el 10).
Este con una buena cascada de agua, intentamos esquivarla por nuestra derecha


Me lanzo primero yo, y después Pepi, que la veo algo incómoda.



Y después Víctor que ya baja la mochila con la cuerda.



Seguimos recorriendo el arroyo, y haciendo alguna parada para disfrutar de estos bellos rincones... 


Buscando nuestro último rapel, el número 11, no llegamos a ver las anillas, con lo que seguimos avanzando por el arroyo.
PERO con tan mala suerte que en uno de los pasos, y al pasar por una roca muy resbaladiza, Pepi pega un grito. has resbalado y le ha crujido la rodilla. Por un momento pensamos que sería algo muy serio. Un poco de masaje...aunque con mucho dolor.
Le cuesta andar (menos mal que estamos en el último tramo) y cojeando un poco pudo seguir hacia adelante...


Y ya casi llegando al final del recorrido, nuestras amigas las cabras haciendo, y nunca mejor dicho "las cabras"


Y casi tocando las tres de la tarde en nuestro reloj, llegamos al puente del Pajaruco, por el que tantas veces hemos pasado para ir al puerto Don Fernando, Salto del Cabrero, Ojo del Moro y otras tantas rutas.


Y ya en Benaocaz, unos buenos bocatas con cerveza, unos cafelitos calentitos (empieza a hacer frío) y a comentar los detalles de esta bonita ruta.

Aunque Pepi va fastidiada con la rodilla, mañana al médico:
esquince de ligamiento interior


Varios días de reposo...y ya sabes a trotar de nuevo por el monte.





domingo, 23 de abril de 2017

Ciudad Encantada de Cuenca (Diciembre/2009)




En esta ocasión Rosa y yo aprovechamos una escapada de cinco días para hacer una parada en este bello lugar antes de proseguir con nuestras subidas a los "techos de España", que en este viaje serían las cumbres de Cuenca, y las de Teruel; además visitar la Serranía de Cuenca, Albarracin, nacimiento del río Cuervos y distintas localidades de la provincia de Teruel.



Información obtenida de la web oficial de "Ciudad encantada"

Situada en la localidad pedánea de Valdecabras (CUENCA), en pleno corazón del Parque Natural de la Serranía de Cuenca y rodeada de inmensos pinares, la Ciudad Encantada es sin duda uno de los parajes más espectaculares de nuestro país, donde podrás conocer y aprender el proceso geológico del karst y admirar sus caprichosas formaciones. Por ello, la Ciudad Encantada fue declarada Sitio Natural de Interés Nacional el 11 de junio de 1929.


Su origen se remonta a hace 90 millones de años, cuando la Ciudad Encantada formaba parte del fondo del mar de Thetis. Se trataba de aguas tranquilas, lo que propició la deposición de sales, en especial carbonato cálcico.


Al final del Cretácico y como consecuencia de la orogenia alpina, el mar se retiró y el lecho marino, compuesto de piedra caliza, emergió a la superficie. Miles de años de acción del agua, del viento y del hielo hacen que hoy podamos contemplar este impresionante fenómeno geológico




La información que a continuación detallo esta obtenida de la web "rutasdelascaras.com"

FORMAS MÁS REPRESENTATIVAS
Todas tienen un cartel que las define perfectamente.
El Tormo Alto. Monolito de 20 metros, milagro o juego de equilibrio, emblema de la Ciudad Encantada.
Los barcos. Tres enormes moles de piedra, una flota invencible anclada en la sierra.
El perro. Guardián de una ciudad petrificada, asemeja un fox terrier.
Cara del hombre. Monumental busto de nariz aguileña y boina.
Puente romano. Arco horadadazo en la roca, arquitectura natural.
La foca. Enorme figura imaginaria que representa una foca haciendo juegos malabares con su hocico.
Los Osos. Enormes pedruscos que recuerdan dos osos.
El tobogán. Estrecho y largo callejón rocoso de varios desniveles.
El mar de piedra. Plana y extensa superficie rocosa donde la erosión del agua creó formas que simulan olas y ondas marinas. 



 Lucha del Elefante y el Cocodrilo. Enormes y caprichosas rocas, asemejan la encarnizada lucha de un elefante que lanza su trompa a las fauces de un cocodrilo.
El Hipopótamo. Inmensa roca zooforma que recuerda un hipopótamo.
El Convento. Un arco ojival en una pared rocosa nos transporta a la edad media.
Los Hongos. Entre los pinos enormes bloques de piedra asemejan hongos gigantes.
El Teatro. En un escenario natural un curioso puente recuerda la embocadura de un teatro.
La Tortuga. La abertura en lo alto de una inmensa roca parece una tortuga con su cabeza fuera del caparazón.
Los Amantes de Teruel. Bloques de roca que parecen los bustos de un Hombre y una mujer intentando besarse.





Aunque en estos días de diciembre el frío es persistente, nosotros bien abrigados paseamos por esta maravilla de la naturaleza, en el que por momentos parece trasladarnos a parajes de aquellas películas de aventuras y de ciencia ficción.


A cada paso que damos no dejamos de maravillarnos de todas estas formaciones, que aunque muchas de ellas ya tienen nombre definido, con nuestra imaginación podemos también bautizar a otras tantas formaciones.


A veces, y al asomar por una de sus grandes rocas, parece que al instante siguiente algún animal de la prehistoria aparecerá ante nuestros ojos.



Algunos bosquetes de altos pinos, dan otro toque de encanto a toda esta zona, que sin lugar a dudas es uno de los rincones mas hermosos de España.



Este mágico lugar que se encuentra a solo 36 km de Cuenca y al que se puede acceder fácilmente en coche, no puede dejar de visitarse si se viaja por esta zona de España.



Su naturaleza, sus caprichosas formaciones...sin lugar a dudas merece la pena visitarla.



Abandonamos la "Ciudad Encantada" y seguimos avanzando hacia el norte para ahora hacer un poco de montaña.