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miércoles, 9 de noviembre de 2022

Crestería Sierra de Alhama (Zafarraya-Granada) Nov/22

 



En esta ocasión nos daremos cita 13 compañeros del club, sin lugar a dudas, 13 compañeros bien cañeros en esto de trepar por las montañas y, en esta crestería se demostrará con creces, esa gran habilidad para avanzar por estos cuchillales de roca, varias trepadas, una fuerte y pronunciada bajada... 


A las 6:30 nos dimos cita en Dos Hermanas, poniendo rumbo hacia Ventas de Zafarraya, allá por tierras granadinas. Tras un buen desayuno, a las 10:00 ya estábamos en nuestro lugar de partida para iniciar la ruta: Mirador del Boquete en Ventas de Zafarraya (891 msnm).


Este mirador está parcialmente sombreado, y en la sombra el frío se nota, así que mientras esperamos al resto de compañeros nos trasladaremos a la zona soleada para ir calentándonos como verdaderas lagartijas.


La ruta prevista para hoy será recorrer toda la crestería hasta coronar la cota más elevada, la Torca con 1505 msnm. Coronando previamente otra cumbre, (cerro Hoyo del Toro 1400 msnm).
Por delante, inicialmente teníamos 17 km, unas 9 horas y 1000 metros de desnivel.  Pero una vez que estuvimos en el mirador decidimos llevar un coche hasta el final de la ruta, para después ahorrarnos unos 3 kilómetros de vuelta en coche. Además, no llegamos a coronar la última cumbre, ya que miramos el reloj y nos hubiera caído la noche, al final nos quedamos a unos 500 metros. Con lo que al final nuestra ruta fue de unos 13 km, 8 horas y 1000 metros de desnivel. Ruta dura y podríamos poner un MIDE 4344.


Desde el mismo mirador un sendero perfectamente marcado con postes nos ascenderá de forma progresiva hasta nuestro primer objetivo "Mirador Hoyillo Estercolao" (1100 msnm) en el sendero del Tajo de la "U". Desde aquí hermosas vistas del  llano del polje de Zafarraya, el tajo de la Cuna, y por detrás la Maroma (techo de Málaga) con sus 2066 metros de altitud.



Tras un pequeño descanso disfrutando de las vistas  seguimos avanzando por un senderillo ascendente perfectamente marcado hasta alcanzar la cueva Orea, no demasiado lejos.


Al llegar a la cueva, que quedará a la izquierda de nuestro sendero, nos inmortalizaremos con varias imágenes. Con un par de grandes oquedades (superior e inferior), algunos nos acercamos hasta la más grande situada en la parte inferior, y que con mucha precaución accederemos a ella.
Imposible bajar por ese hueco, hay una gran caída vertical, y lo puedo testificar, ya que me acerqué a el.



Seguimos avanzando unos 50 metros hasta alcanzar ya, el inicio de la cresta, con una espectacular panorámica desde el Mirador del Tajo de la U.


Desde aquí arriba podemos ver nuestro camino a seguir cargado de crestas, grandes bloques de roca, muchas en forma de cuchillos que mejor no caer...y nuestro objetivo allá al final, de momento a trepar se ha dicho.


Las trepadas y destrepadas serán continúas ya que durante todo el tiempo iremos por el mismo filo de la cresta, buscando en muchas ocasiones el mejor lugar por donde pasar...


Sin darnos cuenta, y solo pendiente de donde pisamos, a veces con mucha precaución de no caer, al pasar por esta cresta, estamos pasando justo por el límite fronterizo entre las provincias de Granada y de Málaga con la comarca de la Axarquía.


Seguimos avanzando muy lentamente ya que el camino es muy delicado, teniendo que estar muy atentos donde y como pisamos...



A veces, según avanzamos por la cresta, debemos de volver al no ver una bajada asequible y buscar otros pasos alternativos...


Ya llevamos un par de horas de ruta, y aunque estamos disfrutando de lo lindo, vamos avanzando muy lentamente, la verdad es que por aquí tampoco se puede correr mucho aunque se quiera...



Hora de hacer un pequeño descanso, tomar algo de líquidos, comer alguna fruta, relajar nuestros pies, y mientras tanto disfrutar de unas excelentes vistas.


Aquí parte del grupo después de picar algo, aunque la verdad viéndolos parece que algo les ha picado...


Seguimos avanzando y, buscando un hueco por donde pasar. Una brecha abierta entre las rocas será nuestro objetivo. Aquí si que tendremos que utilizar bien las manos y pegar un gran impulso, los peor, los compañeros que tienen "las patas más cortas".


¡Que pecha de rocas y de cresteo! 

Nuestro siguiente objetivo lo tenemos ahí al alcance, el vértice geodésico de Cerro Hoyo del Toro, llamado así por la gran dolina adyacente en su antecima.


Menos mal, al menos algunos minutos pisaremos por terreno más liso antes de coronar este cerro...
¡Que bien, que relax de superficie!  


Una pequeña subida entre piedras y más piedras y alcanzamos nuestro primer objetivo...


Miramos nuestro reloj y las agujas nos marcan las 13.15 horas. Esto quiere decir que en tres horas solo hemos avanzado 3 kilómetros.


Foto de grupo, mientras a nuestro alrededor contemplamos allá a lo lejos, muy lejos Sierra Nevada, algo más cerca hacia el Este la Maroma, y hacia el Oeste el Arco Calizo con Peña Negra en la Sierra del Co, junto a la Cruz del Camarolo y el Chamizo a los que tantas veces hemos subido. Y si miramos  dirección al mar, la bella Axarquía, con los pueblos de Comares, y Sedella y Canillas del Aceituno en la misma base de la Maroma. Estos últimos nos hace recordar las fuertes subidas a la Maroma desde esas localidades.


A partir de aquí, y en algo más de hora y media de pateo con bajadas progresivas y caminatas horizontales, y con dirección al bosquete, iremos por un camino algo más cómodo (solo algo, porque las piedras seguirán presentes) hasta alcanzar el collado en donde se encuentra el mirador del Polje. 


Detrás la imponente loma de la Maroma...


Y por delante una de las antecimas de nuestro objetivo, el vértice geodésico de La Torca...


Y hora y media después alcanzamos el collado en donde nos encontramos el sendero de Veredas Blancas que nos llevaría directamente a Ventas de Zafarraya, y junto a este, el mirador del Polje, al que por cierto, no subimos, a pesar de estar solo a 80 metros de distancia. Ya hemos visto bastantes miradores en nuestro recorrido.


Son las 14:45 y estamos sin comer. Planteamos la opción de la comida, pero teniendo en cuenta el cuestón que tenemos por delante, decidimos continuar y comer más tarde.
Aquí Víctor decide no continuar y bajar por este sendero hasta los huertos en donde hemos dejado el coche en Ventas de Zafarraya. Para estar comunicados todo el tiempo, se queda con un walkie para mantener la comunicación.


Y allá vamos el resto hasta esa antecima que tenemos por delante y que se hará dura, muy dura, sin sendero marcado y mucha roca por donde tendremos que avanzar, incluso en algunos tramos, que trepar.


¡Uf, como me está costando este ultimo tramo, tengo que hacer varias paradas para recuperar el aliento!
El desnivel es fuerte, calculo que unos 300 metros de desnivel, además el terreno es dificultoso, y eso se nota más a la hora de avanzar.


Mientras que hago una parada para recuperar el resuello, miro hacia atrás y veo el trayecto que hemos realizado con la Maroma detrás.


Y por fin llegamos a este "pico" que tan pronunciado veíamos desde abajo...
Pero, esto aún no ha terminado, mi muchísimo menos...


Por delante una prolongada y picuda cresta, en donde tendremos que mantener el equilibrio en muchas ocasiones para avanzar. Y mejor no caer, porque si eso sucediese, el cuerpo nos lo rajaríamos.


En este tramo, y a través del walkie contactamos con Víctor y, desde aquí arriba le damos las indicaciones de por donde tiene que avanzar para llegar al coche que allí tenemos aparcado.

Y seguimos avanzando por este cuchillal de cresta.
¡Me noto que voy cascadete: necesito comer y parar!


Por fin alcanzamos el final de la cresta. Son más de las 16:30. Hora de comer.

Viendo la hora que es, y teniendo en cuenta, según nuestro track, lo que nos queda por llegar a la cumbre de la Torca (un km aproximadamente), Evaristo me comenta que solo subiremos a esa otra antecima y volveremos, ya que de lo contrario la noche nos caería.
Así lo hicimos, tras la comida, a subir por otro terreno de rocas y piedras, y una vez arriba, allá al fondo vimos la cumbre de la Torca, pero con otras tantas antecimas antes de llegar a ella.
Y para inmortalizar el momento foto del grupo que subimos, aunque antes ya subieron Manuel y Santiago que están verdaderamente fuertes.


Y para abajo, desde muy cerca de donde comimos, a saco, con una fuerte pendiente en muchos tramos y siguiendo el track. Aquí algún compañero tiene mayor dificultad en la bajada, así que iremos poco a poco, buscando el mejor camino de bajada entre piedras, rocas, arbustos y mucha hierba seca fácil de resbalar.
Son las 17:30, el walkie me suena, es Víctor, ya llegó al coche, tras las indicaciones. Nosotros seguimos bajando y sufriendo en la bajada, al menos yo. Las piernas me las encuentro realmente cargadas, y noto como los cuadriceps se me están pillando. Tengo que aprovechar la parada para reagruparnos con los que vienen todavía muy atrás, y relajar las piernas.


Y ya con la noche casi cayendo, a las 18:30 llegamos al coche...y allí estaba Víctor, esperándonos.
Ya a obscuras y totalmente de noche, traslados de coches y a buscar algún bar para tomar unas cervezas yendo dirección a Loja. 


Y aquí el grupo de los 13 fantásticos con cervezas en mano.
Estupenda ruta, buena compañía, y una ruta exigente, muy exigente.
¡Ah, por cierto son las 23 horas, acabamos de llegar a Dos Hermanas!

¡Hasta la próxima, que seguro será pronto!

viernes, 15 de abril de 2022

Subida al Peñamujo (1472 m) desde Pontones (Sierra de Segura) Abril/22

 

En esta Semana Santa, haremos una escapada de cuatro días por la Sierra de Segura, y dos días de ellos, las dedicaremos a hacer algo de montaña. Un día subiremos a la cumbre del Peñalta desde Benatae y otro, al espectacular Peñamujo, al que a continuación daré más detalles. 


En esta ocasión, nos daremos cita varios compañeros del club: Irene, Rosa, Julio, Jesús y el que escribe, Antonio. Allá vamos, con dirección a la localidad de Pontones, en pleno corazón de la Sierra de Segura.
Por delante tendremos un fantástico día, con nubes y algo de sol, y una temperatura perfecta. En total recorreremos unos 14 kilómetros, casi 500 metros de desnivel y seis horas de marcha.

Para iniciar esta ruta nos trasladaremos a la carretera A-317 que une Hornos con Pontones, y poco antes de llegar a esta, en el kilómetro 36,  pasando la aldea de Casas de Carrasco, tiraremos por una pista de tierra hasta llegar a la aldea del Artuñedo, a un kilómetro escaso. Aquí dejaremos los coches.

Con el track que seguiremos y preparado en nuestros móviles, nos dirigimos en nuestra primera parte hasta una balsa de agua, tras finalizar una pista que llega hasta ella.


Y nos adentramos en una zona de pinos carrasco, en donde algunos de ellos, con gran porte, llegan a alcanzar hasta más de 25 metros de altura.

Y entre pinos y pinos vemos una zona arenisca de rocas con curiosas formaciones, así que aprovechamos para inmortalizarnos con unas imágenes para el recuerdo.

Seguimos avanzando por este sendero bien marcado con postes indicativos hasta llegar al cruce con el sendero que viene de Artuñedo. Estamos a unos 1495 metros de altitud.

Desde ahí, y a no mucha distancia nos desviaremos para asomarmos al mirador del Valle de las Aldeas perdidas, a una altitud de 1523 metros, aunque en el cartel pone 1718 metros, cosa que no entiendo. Un espectacular mirador natural con unas vistas alucinantes hacia muchos de los puntos de esta hermosa Sierra de Segura, pudiendo contemplar incluso el pico del Banderillas y el Gilillo.


De nuevo nos adentramos en el bosque y pasaremos por fuente seca, aunque de seca no tenía nada, ya que el agua no dejaba de caer.

Y cuando salimos del bosque nos vemos sorprendido por una imagen grandiosa cuando alzamos nuestra mirada, y la vemos allí de frente. ¡Guau, impactante! 


Estamos en Peñamujo, una elevada peña que puede ser considerada un fabuloso mirador natural de Santiag-Pontones. Desde este enclave se pueden apreciar espectaculares panorámicas del embalse del Tranco, de varias poblaciones cercanas y todas sus sierras.


No lo podía resistir, había que fotografiarse ante ella...


Nos acercamos, y un cartel informativo nos da muestra de los lugares que podemos divisar desde este fantástico enclave...


Y de nuevo a inmortalizarnos...


La gran peña, con una curiosa forma y una gran brecha en su centro, está situada sobre un montículo de hierba y rodeado de pinares...  


Aunque al principio, cuando de frente vemos la peña, parece infranqueable, observamos como por su parte central hay una brecha abierta por la que podremos acceder tras una fácil trepada...


Y ahora tocaba saltar de aquí para allá, subiéndonos en las distintas peñas a las que pudimos acceder..


¡Que maravilla de lugar, y que vistas!


Mires hacia donde mires, como si nuestra mirada fuesen las manillas de un reloj...el entorno y este enclave es una pasada.


No nos cansamos, como lagartijas inquietas seguimos moviéndonos por sus peñas de aquí para allá ...






Y como no, aquí teníamos que hacer nuestra pausa para comer. No hay mejor restaurante que este entorno natural, y además gratis, que más se podía pedir.


Ahí dejo unas fantásticas imágenes de este idílico entorno, Peñamujo










Hora de partir, tras una estupenda parada de un disfrute extremo...

De nuevo nos adentramos en el bosque, poniendo rumbo ahora, en una prolongada bajada hacia el abandonado cortijo-aldea de la Espumadera, también en un hermoso paraje rodeado de muchos chopos.

¡En otoño este lugar tiene que ser mágico!


Ahora tocaba subir unos 200 metros de desnivel, primero alcanzaremos el cortijo también abandonado de la Espumadera de Arriba, y ya desde ahí una pista nos llevará hasta la balsa de agua por la que ya esta mañana pudimos pasar...

Ya solo nos tocaba andar el kilómetro que nos restaba hasta nuestro coche...pero antes, comentar el paisano que nos encontramos de la zona y que con sus 75 años de edad estaba fresco como una flor. Con bastón en mano para apoyarse, una gorra típica de las zonas de campo y un uniforme de color obscuro. Un verdadero personaje de la zona.

Hablar y hablar, contar historias pasadas y volver a hablar...Interminable este parlanchin y narrador. Como empalmaba historia tras historias, y casi sin respirar no daba tregua para que nosotros pudiéramos intervenir en la charla, no fuera que perdiera su hilo narrador.

Diez minutos, quince, veinte..Bueno nos vamos.

¡Imposible! quiere continuar con sus historias. Tendremos que avanzar poco a poco aunque siga hablando. Por fin, nos vamos, casi huyendo...

Bonita ruta y mejor compañía y al menos para mi el Peñamujo 

¡Espectacular!