viernes, 5 de diciembre de 2008

Nemrut Dagi, Mesopotamia (Turquía) Agosto/89

RUTA POR MESOPOTAMIA ( TURQUIA )


ENTRE EL TIGRIS Y EL EUFRATES : MESOPOTAMIA


LOCALIZACIÓN:
Situada en el límite entre Europa y Asia
POBLACIÓN:
67.000.000 habitantes
SUPERFICIE:
755.688 Km2
RELIGIÓN:
99% Musulmanes 1% ortodoxos
IDIOMA:
Turco, Kurdo y Arabe
MONEDA:
Lira Turca ( 1 Euro equivale a 1800 liras )
HORARIO LOCAL:
1 hora + que en España
COMO IR:
Línea aérea Iberia, vuelos diarios desde Madrid y Barcelona
SALUD:
No se necesita vacunación alguna
LUGARES DE INTERES:
Diyarbakir, Nemrut Dagi, Mardin y khata
TRANSPORTE EN RUTA:
El mejor transporte es el Dolmus y el autobús
INFORMACION;
Oficina de turismo de Turquía en Madrid ( 915 59 70 14 )
TIEMPO DE VISITA
Se recomienda un mínimo de 4 días
VALORACIÓN FINAL
Muy buena, con un paisaje excepcional y un folklore muy arraigado.


Mesopotamia, que se extiende entre los valles del Tigris y el Eufrates, es una cuna importante de cultura e historia. Ya 5000 años a.c. sus habitantes vivían en casas de barro al igual que hoy; continuando con su historia y sus costumbres.



Diyarbakir, del nombre Diyar bakr
“ reino de Bakr “, como la llamaron lo árabes en el año 639, ciudad por la que pasaron pueblos tan distintos como los Urartianos, asirios, Persa y Selyúcidas, que hicieron que fuese y siga siendo en la actualidad “ un museo al aire libre “.
Adentrarse en esta ciudad es reencontrarse con otra época y otro mundo. Mezquitas de franjas blancas y negras, vendedores, limpiabotas, carteles indicativos por todos lados, aguadores y un sinfín de tenderetes en los que se puede comprar de todo, nos embriagan de un ambiente singular, empujados a andar con la muchedumbre sin rumbo fijo, mientras unos vocean, otros cantan y algunos rezan.....



A orillas de Mítico río Tigris, con temperaturas de hasta 45º c. y a solo 90 km
de la frontera con Siria se levanta esta impresionante ciudad, rodeada de altas murallas cuya historia se remonta al rein de harran, en el año 1500 a.c. Sin olvidar que su suelo la formó la antigua Mesopotamia que vio el amanecer de un nuevo mundo.



Al atravesar sus murallas, se convierte en realidad el sueño que tanto habíamos anhelado de vivir el oriente. Sus habitantes, vestidos con indumentaria típicamente turca, turbantes y pantalones bombachos llamados “salvar” y algunas mujeres retraídas, de mirada como la noche con el rostro oculto tras un velo de tul negro. Los chiquillos alegres saltando alrededor de nosotros, pronunciando el consabido saludo “helo”. Y a cada paso un transeúnte, siempre masculino, que se acerca para preguntarte por tu nombre, procedencia y profesión con frases hechas en ingles, que incluso confunden y mezclan en ocasiones, hasta terminar el repertorio. Después se despiden amablemente, hasta que otro curioso se acerca y la historia se repite.
Por cualquier callejuela desembocamos en una mezquita ( Cami ), o a una escuela coránica ( medressi ). Estas gentes hacen prevalecer por encima de todo a su religión, el Islam. Es corriente verlos con una especie de rosarios de colores paseando las cuentas de una en una en cualquier lugar o momento. Casi al unísono se oye el canto de los almuecines de las mezquitas, llamando a los fieles cinco veces al día, al alba, mediodía, tarde, crepúsculo y noche. En voces que se dan eco unas a otras como una letanía ....... “ No hay más Dios que Ala, y Mahoma es su profeta”.

El 99% son de religión musulmana, existiendo una pequeña comunidad de cristianos. El principio básico de su religión es Ala ( Dios ), que ha creado el mundo tal y como dice la biblia. No rezan a mahoma, su profeta. La palabra musulman significa “ el que está sometido a la voluntad de dios “, igualmente que Islam quiere decir “ sumisión a Dios “.
A la puerta de cada mezquita existe una fuente, agua o arena limpia, ya que antes de rezar todo musulmán debe lavarse las manos, brazos, pies y tobillos, cabeza y cuello. Tras este acto hay que descalzarse para entrar en la mezquita. Las mujeres deben incluso taparse la cabeza con un pañuelo si se les permite la entrada.



En el interior, silenciosamente arrodillados mirando hacia la Meca, nada debe perturbar su rezo. Si así ocurriese el culto les obliga a empezar de nuevo.
Todo el silencio de la mezquita estalla en un bullicio sin comparación a la salida de la misma. Los comerciantes nos esperan mostrándonos sus perfumes y esencias de flores y con unas jeringuillas metálicas plateadas vierten una minúscula gota en la palma de nuestra mano. A pocos metros el limpiabotas, que hace, también las veces de zapatero, se acerca con su reluciente caja dorada ofreciéndonos servicio. El vendedor de gas ( gaz ) nos pregunta si queremos recargar algún mechero. El aguador toca sus campanillas para llamar la atención y los niños gritan vendiendo yogourt líquido, contenido en recipientes en toda clase y agitando continuamente con un jarro metálico. Este yogourt es gratamente reconfortable en las calurosas mañanas del verano, con un sabor ligeramente salado pero refrescante es servido en toda Turquía.


Pero entre todo este jolgorio de gritos y ventas, el más pintoresco de los personajes es el aguador. Ataviado con una indumentaria llamativa y cargando a su espalda un inmenso jarrón turco con grifo. Su cintura rodeada de medio arco portando pequeños vasos, y otros metálicos en su mano con los que consigue un tintineo constante atrayendo a los sedientos.
No es usual que se venda alcohol en los bares, debido a que la religión musulmana prohibe su consumo; aunque no es imposible para un viajero conseguir una cerveza en uno de estos establecimientos, ya que allá donde la pidas procuraran buscarla en el supermercado de enfrente o en cualquier otro sitio. Así pues no es extraño que después de 20 minutos de haberla pedido, llegue el camarero a decirte que no tiene si la búsqueda no ha sido exitosa.
Es corriente ver a los hombres en parejas agarrados del brazo o incluso cogidos de la mano, gesto que en occidente tendría un sentido equivocado, pero que aquí es considerado como un símbolo de amistad.



Las gentes de esta tierra nos hacen olvidar la falsa creencia occidental de que el turco es una persona áspera, con rasgos duros, desconfiado e incluso a veces peligroso. Lejos de toda duda, Diyarbakir es una de las más fascinantes y cautivadoras ciudades de turquía.
Siguiendo el cauce del río Tigris acercándose a la frontera siria, se llega a Mardin, ciudad jacobita muy extraña desde la que se divisa la extensa y árida meseta que la une con su país vecino.
Se encuentra en la región montañosa del Tur Abdi, donde existen monasterios en los que todavía se habla el arameo ( lengua de cristo ).
En esta ciudad conviven repartidos por igual una cantidad de cristianos, turcos, kurdos y árabes. El paseo por sus calles da una muestra clara de lo variopinto de su gente. Igual se ve a un turco con pantalones bombachos que un árabe con un turbante, o un muchacho al estilo occidental.
En la parte alta de la ciudad es donde conviven los cristianos habitando en lo que antiguamente eran iglesias y que ahora son casas particulares. Es fácil encontrarse símbolos en forma de cruz en los portales o en las fachadas. Por el contrario, en la parte baja de mardina ( nombre por la que se le conocía antiguamente ) viven los habitantes de religión musulmana, en casas alrededor de las mezquitas.


Continuando nuestro camino hasta atravesar el río Eufrates llegamos a la ciudad de Khata. No muy lejos de allí se encuentra los restos de una extraña construcción , el NEMRUT DAGI. Es cierto que hay monumentos de este tipo en otras partes del mundo, pero ninguno de esta grandeza.
Una calzada romana, excelentemente conservada, nos lleva hasta la cima del monte, de poco más de 2000 metros de altura. Aún mas arriba, sobre un túmulo de 150 metros que consta de dos terrazas ( hacia este y oeste ), fueron construidas unas figuras gigantescas representando a los dioses: Apolo, Mitra, Herme Y Helios.
Estas colosales estatuas se encuentran milagrosamente conservadas, incluso después de que con el paso del tiempo y el azote de los terremotos sus cabezas ( de más de dos metros de altura ) rodaran hasta el suelo.
Se cree que dicha esculturas fueron construidas sobre una pirámide escondida bajo la arena, simulando este monte, en la que descansa los restos de Antioco X Epifanes, hijo de Mitrídates que se proclamó rey de Commangene. Hoy día los arqueólogos todavía no han conseguido descubrirla bajo la arena.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

necsito encontrar infooo☻ peroo aca no la encontree!!=( chaauu

Anónimo dijo...

nesecito una imagen pequeña de la mesopotamia

agustina dijo...

porfis lo nesecito para mañana