viernes, 22 de febrero de 2013

Subida al cerro pelao (Sierra Nevada)




Sierra nevada




Este fin de semana nos vamos a Sierra Nevada, concretamente a la zona de los 3000s más orientales.  El plan es salir el viernes por la tarde (sobre las cinco) hacia la localidad granadina de Jerez del Marquesado, y una vez allí, coger la pista que sale del mismo pueblo hasta el refugio del Postero alto.



Cinco compañeros del club nos damos cita: Rosa, Vanessa, Juan Ángel y, Víctor y yo que haremos de coordinadores. De este modo salimos por la A-92 hacia Granada.


Como llegaríamos de noche y no sabemos cómo estará la pista de nieve hasta el refugio, hemos reservado para dormir esa noche en el hostal vista nevada, en la misma autopista (PK-282), poco antes de Guadix.  Estupendo lugar, buen precio, servicio y tapeo. Muy recomendable.


A la mañana siguiente, a las 7 en planta, un buen desayuno, y a las 8 partimos hacia la cercana localidad de Jerez del Marquesado. Una pista de tierra nos llevará hasta el mismo refugio del Postero alto (12,8 km), claro, siempre que la pista esté bien, y no será nuestro caso.


Efectivamente, a cuatro kilómetros antes de llegar al refugio, el  coche los tenemos que  dejar, puesto que la pista está intransitable por la nieve. A descargar los bártulos y los mochilones, y para arriba (estamos a unos 1600 m de altitud, con lo que debemos subir unos 300 m de desnivel hasta llegar al refugio que se encuentra a 1900  m de altitud).


¡Vaya paliza de mochila¡  a subir sin pestañear, ¡vaya como pesa toda la comida y los refrigerios¡ Una hora después llegamos al refugio.


Así que antes de nada dejamos resuelto el tema de la reserva para esa noche, y donde íbamos a dormir, entregamos nuestras tarjetas federativas y dejamos nuestros bártulos (7 €/noche para federados).


Son las 10,40 horas, estamos a 1900 m de altitud, hace un buen día, y al igual una buena temperatura. Vamos a subir (intentar) llegar hasta el Cerro pelao (3181 m de altitud), aunque somos consientes que es un poco tarde. Esos cuatro kilómetros nos ha reventado.


Cogemos el gran cortafuego que tenemos de frente, y ya sabemos que siempre será hacia arriba, y superar los 1300 metros de desnivel que no esperan, y unos 14 kilómetros de ida y vuelta.


En las dos primeras horas llevamos una buena media de subida (650 m), pero llegada la cota de 2500, nos tenemos
que poner los crampones, ya que una enorme pala de nieve-hielo nos sorprende en la subida.



El paso se hace mucho más lento, y cada poco tenemos que parar. Las vistas de los 3000s son impresionantes, y allá abajo, muy lejos vemos el pueblo de Jerez del Marquesado.


A nuestro paso contactamos con otro grupo de sevillanos de varios clubes de montañismo, y en alguna paradilla intercambiamos opiniones sobre nuestra gran afición.  


El serpenteo de huellas nos dirige poco a poco hacia arriba. La altitud  empezamos a notarla a cada paso. Ahora cada uno tira a su ritmo, pero siempre pendiente de donde estamos todos.


El camino de subida no tiene pérdida con tanta huella, pero si es verdad que no llegamos a ver una de nuestras referencias (las ruinas de los rojos), y que ya en otra ocasión si pudimos ver.





Sobre las 14,30 horas, ya hemos llegado al puerto de Trevélez (2900 m).


Vanessa y Juan Ángel se dirigen hacia las piedras de los ladrones, Rosa, Víctor y yo estamos por el Puerto.


De este modo hemos perdido el contacto durante algo más de media hora. Nos llamamos por el móvil, para decir nuestra situación exacta.



Quedan todavía unos 300 metros de desnivel y una inmensa pala de nieve-hielo por subir, por lo que analizando nuestra situación decidimos, de momento comer y después evaluaremos.


Así que Vanessa y Juan Ángel bajan hacia donde estamos nosotros y nos ponemos a comer.



Son las 15,15, hemos decidido bajar. Subir al Cerro pelao (algo más de una hora) y bajar hasta el refugio implicaría que nos cayera la noche.


En la bajada tiramos por la zona abarrancada, más hacia la derecha, según bajamos (yo creo que fue lo peor que pudimos hacer). Nieve y más nieve, hielo y más hielo.








El camino se hacía interminable, y excepto Vanessa que iba disfrutado con la nieve, el resto ya íbamos harto de tanta nieve, de ahí la frase de esta ruta; “Que Jartuuuuuura de tanta nieve”.



 En fin, esto es lo que nos queda, bajar y bajar y tener paciencia. Así que manteniendo la precaución en nuestra bajada, ya sobre las 18,30 llegamos al refugio.



Como no podía ser de otra forma, sacamos unas frescas cervezas que llevábamos en nuestras mochilas y a refrescarnos un poco.


El refugio estaba a tope, y a consecuencia de ello ocho personas tuvieron que dormir en el mismo salón. Eso sí, calentitos al abrigo de la enorme chimenea.


Una vez ubicadas las mochilas en nuestras correspondientes colchonetas, nos unimos los cincos en una de las mesas para comer algo y después echaríamos unas partiditas de cartas, y a la vez reírnos un buen rato.


Todos los montañeros alrededor de la gran chimenea, muchos de Granada, pero otros, de varios rincones de España, incluso algún que otro, venido de más allá de nuestras fronteras.


Se respira un buen ambiente, ambiente sano, y donde se puede notar y palpar que esto de las montañas engancha. Engancha hasta el punto de pasar frío, dormir incómodo, incluso a veces sufrir con el esfuerzo. Pero aún así, las montañas nos siguen enganchando…



Son las 22,30 horas, hora de ir a dormir. Mañana hemos decidido realizar una ruta por el barraco del río Alhorí. Así que hasta mañana a las 8, que es la hora que hemos quedado para desayunar.



A las 8,15 H, Víctor y Juan Ángel nos llaman a la puerta, ya los han levantado del salón, así que a asearnos un poco y a desayunar. ¡Ummm¡ que calentito está el café.


A recoger los bártulos, y a pagar. 7 € dormir (en la habitación), y 4,20 en el salón. 1,5 € el café.



Cogimos las mochilas que necesitábamos, y sobre las 9,15 iniciamos la ruta hacia el barranco del río Alhorí. Teníamos previsto unos 8 km y cuatros horas de camino.
Unas dos horas de ida, y después volver, para sobre las 13 horas está en el refugio, ya que después teníamos un largo trayecto hasta Sevilla.


Según salimos del refugio, tiraremos por el cortafuego que nos encontramos de frente. Bordearemos el pinar que se encuentra en la parte derecha y cuando lleguemos hasta el final cogeremos el senderillo que sigue bordeando al mismo pinar.


La huella está bastante marcada, ya que muchos montañeros han partido para escalar en las cascadas de hielo que están en el barranco del río Alhorí.


Pronto nos ponemos los crampones, hay bastante hielo y nieve. Las vistas del barranco son impresionantes. Vemos como allá a lo lejos cada vez se va encajonando más y más.



Seguimos avanzando por este fantástico paisaje nevado. Cuando miramos el reloj, vemos que ya han pasado dos horas, unos cuatro kilómetros, y unos 300 metros de desnivel.






De este modo, y ya prácticamente en la “entrada” del barranco decidimos parar y practicar un poco con el piolet para hacer auto detención.


Las nubes poco a poco se empiezan a mover, así que sabemos que es la hora de volver, además el pronóstico del tiempo ya para hoy empezaba a cambiar.




A un paso tranquilo, relajados y charlatanes emprendimos el camino de vuelta. En una hora y media ya estábamos en el refugio.



Con las nubes ya metidas en las montañas aprovechamos para comer en las mesas que hay fuera del refugio (había que quitar peso de las mochilas).


Ya sobre las 14,30 H empezamos a bajar los cuatro kilómetros que nos separaba hasta el coche. Una paradilla en la carretera para el cafelito, y a las 19,30 H en Sevilla. Un fantástico fin de semana.


Hasta la próxima, que seguro que será en las montañas.






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