viernes, 7 de septiembre de 2012

Rumania: Región de Maramures (agosto/12)





Este lugar ha sido el motivo real de mi visita a Rumanía.






Ubicada en el norte de Rumanía, junto a la frontera ucraniana. Maramures, desde el punto de vista administrativo es una provincia de la región de Transilvania.




Sin lugar a dudas, Maramures es lo rural de Rumanía, donde en muchos de sus pueblos los habitantes siguen viviendo y realizando sus labores del campo de igual forma que lo hacían hacen decenas de años.



Pasear por sus pueblos, por sus aldeas nos hace retroceder en el tiempo. Aquí el reloj de la historia parece haberse  detenido.



Muchas de sus puntiagudas iglesias de madera están declaradas como patrimonio de la humanidad  por la Unesco, y nos la podemos encontrar en todas las localidades de Maramures.




Su folclore se respira a cada paso, sus tradiciones, sus costumbres son palpables cuando nos internamos en cada uno de sus rincones.






La entrada a la región la haremos por su capital Baia Mare, una vez pasada,  a uno 12 km, en la localidad de Baia Sprie nos desviaremos por las carreterillas comarcales que nos adentraran en el corazón de Maramures, pero antes paramos en un bar que vemos en la carretera, y en la que podemos degustar la sabrosa comida Maramurense (una buena comida por solo 43 Lei, unos 10 € los dos).


Al poco llegamos a Sisesti, donde podemos visitar su biserica de Lenn (iglesia de madera).


Ahora nos dirigimos hacia Surdesti. Consultamos el mapa pero no damos con la localidad (de hecho no viene), paramos en un bar a tomar un café (3 lei, 75 céntimos de euro) y aprovechamos para preguntar por donde queda esta pequeña localidad. A no mucha distancia, y ya en el pueblo podemos visitar la iglesia de madera (1721-1724), declarada por la Unesco, es la que tiene el pináculo más alto de todo Maramures (74 m).










A partir de aquí la carretera empieza a ascender por una estrecha carreterilla en donde  el  paisaje nos resulta espectacular.




Paisaje hacia Carvic




Pasado Carvic, subiremos al puerto, pudiendo contemplar unas excelentes vistas sobre el valle Mare y los montes Tibles.



Los bosques de abetos, hayas, Robles y otros tantos  nos sorprenden con su belleza a nuestro paso.





Bajando ya hacia Budeti, hicimos un alto en la carretera para curiosear lo que se vende en ese carromato (y dicho de paso para hacer unas fotitos).


Queso fresco elaborado por ella, y un licor algo raro. Lo probamos, pero las condiciones higiénicas no nos dan demasiada confianza.



Ya son las ocho de la noche, pretendemos buscar algún alojamiento por este pueblo. Preguntamos a una señora, y nos indican una “Pensionea” (alojamientos rurales, donde se puede vivir de cerca sus tradiciones) que estaba junto a nosotros.


Pensionea Poinita, este es su nombre.


-Antonio. Tiene alguna habitación para esta noche


-Poinita. Si, 130 lei (29 €) la habitación, cena popular de la zona, y un exquisito desayuno (obviamente todo esto hablado en un rumano cerrado).

Nos parecía barato, y un buen lugar para conocer de cerca el ambiente familiar de Maramures



Ya dentro de la casa, no dejaba de fotografiar todos aquellos detalles que me llamaban la atención, y que dicho de paso eran muchos. ¡Esto es lo que yo quería conocer de Rumania!







Nos duchamos y dimos un paseo por el pueblo. Habíamos quedado a las 9 para cenar. Pero entre tanto no perdimos la ocasión para contactar con otras personas del pueblo mientras tomamos una “Asur”, cerveza rumana de medio litro bastante rica y que solo nos ha costado 2 lei (50 céntimos). Este sitio es fantástico.







Las 9 en punto, hora de cenar. La señora Poinita nos la ha preparado en un pequeño senador que tiene en su parcela. Con solo la luz de dos velas sobre la mesa, y con la compañía de otra pareja de parisinos, conversamos y comentamos nuestras impresiones sobre este hermoso país, entre tanto degustamos la comida de la zona acompañados de un fuerte licor.  Hora de dormir.




El ruido de los carros sobre el asfalto nos hace remover de la cama. Hora de levantar. ¿Que nos habrá preparado de desayunar?.








Exquisito manjar nos tiene de sorpresa: leche de vaca recién ordeñada, queso fresco casero, mermeladas fabricadas como lo hacían sus antepasados,  huevos de las gallinas que corretean cerca de nosotros; mantequilla, mantequilla de verdad. Y para despertar un buen café.








Nos despedimos y seguimos rumbo por las carreteras de Maramures sin antes visitar la iglesia de madera también declarada como patrimonio de la humanidad.






En muchas ocasiones tenemos que reducir la velocidad en la carretera, e incluso parar el coche: Los carros cargados de heno tirados por caballos, o simplemente para fotografiar detalles del paisaje, de los personajes, o simplemente para disfrutar del entorno.


Nuestro próximo destino será Siguetu Marmatiei, pero antes haremos una parada en Ocna Sugatag para visitar su iglesia de madera que se encuentra en la misma carretera. 



Ya a la altura de vadú Izei nos encontramos el desvío (6 km, por una carreterilla y después una pista de tierra) a una biserica de madera, que según leímos era de la más antiguas.


La pista, en algunos tramos en bastante mal estado, nos adentra a una zona rural, donde algunas mujeres se ven cargadas con las grandes cestas a sus espaldas.




 La biserica, junto al cementerio está en un bonito entorno, donde en la parte más alta se encuentra la biserica más antigua.









Retornando de nuevo hacia la carretera, llegamos a Siguetu Marmatiei, donde después de hacer unas compras en el super nos dirigimos hacia la frontera ucraniana, en la que teníamos intención de entrar en el país vecino y realizar una visita al pueblo de Solotvyna (ya en Ucrania). Esto último descrito en el enlace de Ucrania.


Ya a la vuelta de Ucrania seguimos dirección a Sapanta para poder disfrutar de su popular cementerio alegre.









Pero antes nos desviamos para disfrutar del bello entorno donde se ha ubicado una majestuosa iglesia de madera, y que junto a un complejo de otros tantos monumentos hacen de un lugar ideal para pasar un buen rato bajo la sombra de lo árboles del frondoso bosque que lo rodea.







Volviendo de nuevo a Sapanta, ahora sí, estamos en el cementerio más curioso del mundo.

El cementerio alegre, invención de un artesano llamado Stan Lon Patras, es uno de los destinos favorito en Maramures.  

Se trata de una creación concebida nada más terminar la segunda guerra mundial para los habitantes del pueblo de Sapanta, con losas sepulcrales realmente curiosas.



Son pequeños retratos del difunto y casi siempre con escenas talladas y pintadas de vivos colores que la representan en su actividad cotidiana.


En ella aparecen frases que recuerdan las virtudes del difunto o incluso sus pequeños defectos.



Incluso después de la muerte del artista que descansa en un lugar de honor junto a la iglesia, sus discípulos siguen la tradición creando estas “alegres” y particulares losas sepulcrales.



















De Sapanta regresamos hacia Siguetu Marmatiei, y desde aquí hasta la localidad de Vadu Izei, por la que ya pasamos anteriormente. Aquí un desvío nos llevará hasta Bársana que será nuestro próximo lugar de visita.

Saliendo del pueblo de Bársana sobre una colina en alto se alza el Monasterio de Bársana.



Un monasterio moderno integrado por una iglesia y diversos edificios, todos en un bello entorno paisajístico y arquitectónico. Incluso es posible pernoctar en una hospedería del recinto.















La tarde empieza a caer, y ya es hora de ir buscando sitio para dormir. Seguimos carretera hacia adelante y llegamos hasta la localidad de Rozavlea.


Aquí, un cartel  algo borroso nos indica “Pensionea Vanessa”. Allá vamos, lo tenemos a 500 metros. Nos reciben dos muchachas, a la que le preguntamos por una habitación.

Se miran una a la otra y parecen dudar. Insistimos en el tema de la habitación, y ya por fin nos dicen que sí. 60 Lei la habitación (unos 12 €, ¡qué pasada de barato!). Le preguntamos que si era posible la cena y desayuno.


Le hemos caído bien. 50 leis más, cena y desayuno a lo grande.


La pensionea Vanessa es un pequeño chalet, aunque con muchos detalles de casa rural. Hay granja de gallinas, patos etc.

La habitación con vistas al jardín, un lugar excelente, y más por ese precio. A las 9 nos prepararon la cena, una gran y fantástica comilona maramaurense, y todo natural. Perfecto.


Ya por la mañana, junto a otras dos parejas de rumanos de Bucarest pudimos desayunar hasta casi reventar. Al igual que en Budesti todo natural.

Antes de partir de Rozavlea pudimos contemplar una de las bisericas de madera más hermosas de Maramures. Se concluyó en 1717 y cuenta con una magnífica cubierta a doble vertiente.



Está enmarcada en un entorno espectacular, donde sus siluetas resaltan junto a extensos valles, prados, y al fondo los montes de los Cárpatos.










Poco después de Rozavlea no desviaremos hacia la pequeña localidad de Ieud, para ver la iglesia de madera más antigua de maramures (año 1364).



Sus calles son un verdadero museo viviente. Las señoras ataviadas con sus trajes de toda la vida, hacen que disfrutemos del lugar.






En la biserica contactamos con cuatro vascos que estaban también recorriendo Rumanía. Estuvimos un buen rato cambiando impresiones sobre dicho país.


Las pinturas del interior de la biserica están en restauración, y según nos dijo una chica, llevaban 13 años con ello. 




Ya fuera estuvimos charlando con una señora del pueblo, intentaba vendernos unos chalecos típicos de la zona. Yo me lo llegué a poner. ¡Cuánto pesaba, y que calor que daba¡.




Ya antes de partir visitamos la Biserica que se encuentra en una colina.




Seguimos dirección a Bogdan Voda, donde el entorno rural se respira por los campos de cultivos. Los campesinos trabajan con sus viejos aperos amontando las hierbas para los animales.


Ahora nos desviamos hacia Viseu de Jos, y desde aquí hasta Viseu de Sus , nuestro siguiente destino a visitar.

Viseu de Sus era otro de los platos fuerte de Maramures. El motivo, un viaje en tren de vapor por los antiguos raíles madereros hasta la frontera con Ucrania.


Al mediodía llegamos a Viseu de Sus. Lo primero que hacemos es enterarnos de donde sale el tren y a qué hora, incluso si al día siguiente salía. En la misma carretera que atraviesa el pueblo, un cartel nos inicia la dirección (a un km). Nos dirigimos hacia él. En la estación nos informamos. Perfecto, sale mañana a la 9 de la mañana (hay que estar a las 8), el precio 45 lei (unos 10 € cada uno I/V). Aunque la vía del tren llega hasta los 42 km, solo en plan turístico hay habilitado 21 km, que son los que recorreremos, regresando sobre las 14,45 horas. Una vez en nuestro destino estaremos una hora y media para disfrutar del entorno. Perfecto todo preparado para mañana. Lo que toca ahora es buscar algo para dormir eta noche. No nos complicamos, y justo en frente había varias Pensioneas. Pernoctaremos en casa Sanda, un agradable lugar. 80 lei (unos 18 € la habitación).


Como sabíamos que en Viseu de Sus tampoco había nada de mucho interés, cogimos el mapa y decidimos adentrarnos en tres pueblecitos que llegaban hasta la frontera ucraniana, en pleno Parque Natural de los Montii Maramurienses: Ruscova, Repedea y Poeinile de Sub Munte que será el que visitaremos.


Para llegar a este lugar cogeremos dirección a Viseu de Jos, pasado este nos desviaremos por la carretera hacia la derecha, en la indicación hasta Rucova. Ya lo primero que nos llama la atención es que el nombre de los pueblos está escrito en rumano y ucraniano.




A paso muy lento, y contemplando todo su entorno, pudimos observar que este lugar vive igual que hace decenas de años. Incluso algunas familias aprovechan el agua del río para hacer su colada.

Caminamos por algunos senderillo que hay entre casa y casa para poder “curiosear” los secretos rurales de este pueblo, rodeado por un bello paisaje Carpatiense del Parque Natural de lo Montii Maramuriense.









Una señora mayor sentada junto al río, cubre su pelo con un pañuelo colorido. Nos acercamos a ella. Fotografío su rostro curtido por estas tierras, e intentamos mantener una conversación.


Imposible entendernos. Al poco, una muchacha sale de una de las casas, y al oírnos, nos habló en un castellano bastante fluido, curiosamente aprendido por las telenovelas que emiten por la televisión rumana en versión original (no era la primera, ya otras nos encontramos en otros lugares de Rumania con el mismo sistema de aprendizaje).
La muchacha nos dice que la lengua que ellos hablan es una mezcla de Rumano, Ucraniano y Ruso. Seguimos preguntando, y aprendiendo de este lugar. Aquí los inviernos son fríos, muy fríos, aunque hoy el día es bastante caluroso. La señora tiene 95 años, y nos cuenta algunos detalles de su vida en el pueblo. Un verdadero libro para escribir.


Nos despedimos de ellos, y seguimos avanzando por el camino. Ya va siendo hora de volver. Cogimos el coche de nuevo y tiramos por la carretera que atraviesa el pueblo hasta  donde muere ésta,  para convertirse en una pista que sube hasta los montes de Ucrania.

Ocho de la mañana. Sacamos el billete y tomamos unos cafés con unos bollitos en un pequeño bar improvisado en la mima estación.




Subimos al tren. Hay muchísima gente. De ser un paseo idílico, romántico en plan aventura. Ésto se ha convertido en una atracción turística de la zona.


Saldrán hasta tres trenes, con intervalos de unos quince minutos. El nuestro sale a las 9,25 exactamente. El pitido y la gran humareda que sale de la máquina de vapor, es un destino para fotografiar por parte de todos los que estamos allí. El primer vagón va cargado de leña, la cual será utilizada como combustible para todo el trayecto.



Saldrán hasta tres trenes, con intervalos de unos quince minutos. El nuestro sale a las 9,25 exactamente. El pitido y la gran humareda que sale de la máquina de vapor, es un destino para fotografiar por parte de todos los que estamos allí. El primer vagón va cargado de leña, la cual será utilizada como combustible para todo el trayecto.


Piiiii,Piiiiiii. Hora de partir. Nos vamos. En nuestro mismo vagón coincidimos con los cuatro viajeros vascos que ya nos encontramos en Ieud, que por cierto, también eran montañeros, y cada uno de nosotros estuvimos contando nuestras coincidencias y correspondientes batallitas montañeras. Echamos todo el trayecto con ellos.


La primera parte del trayecto, vamos contemplando muchas aldeas con sus típicos personajes de la zona. Según avanzamos el paisaje se hace más salvaje, pudiendo contemplar grandes masas de bosques en un bonito paisaje.













La vía del tren discurre junto al río, en él vemos como algunos obreros acarrean grandes troncos de madera arrastrándolo a través del río.






Después de hacer una parada de unos quine minutos, para ir a la “Toileta” (¡donde se hace el pipi!), partimos hasta llegar a nuestro destino final que llegaríamos sobre las 11,30.







Aquí una hora y media de tiempo libre. Casi todo el mundo se quedaba en una gran explanada habilitada con sillas y mesas donde podíamos comer.




Nosotros, junto con los vascos buscamos la soledad y la belleza del lugar, anduvimos una media hora vía delante, y junto al río comimos los bocatas con el sonido del agua correr.



La otra media hora el camino de vuelta. Pipiiiiiii, Pipiiiiii. Corre, corre que lo perdemos. Por los pelos, justo a tiempo.


A las 14,45 h llegamos a la estación de Viseu de Sus. Bonito viaje.



Ya con algo de pena empezamos a abandonar Maramures y nos dirigimos hacia la región de Moldavia.



Con dirección a Borsa y siguiendo el cauce del río Viseu, el paisaje es espectacular.



A nuestra izquierda el Parque natural de lo Muntii Maramurienses y a la derecha el gran Parque nacional de los Muntii Rodnei con varios picos que superan los 2200 metros de altura.


Ascenderemos hasta el puerto, en la que hay habilitado algunos tenderetes de souvenirs, y la construcción de una majestuosa Biserica.







5 comentarios:

Anónimo dijo...

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Unknown dijo...

Estupendo viaje y reportaje, enhorabuena!

Anónimo dijo...

Impresionante, enhorabuena por el reportaje!

Antonio Bueno dijo...

Muchas gracias por tu comentario, fue un bonito viaje por una zona realmente con muchos atractivos.

Diego Tijuana dijo...

..Rumania y Ucrania son hermosos paises ...
..lindas fotos...gracias