martes, 9 de febrero de 2016

Vías ferratas de Jimera de Libar, Atajate y Benalauria (Enero/16)


Vía Ferrata de Jimera de libar

Introducción


Fotografía de vía ferrata de Benalauría


Esta será mi primera ruta de vía ferrata, una experiencia nueva y que desde hacía algún tiempo la quería probar. Había hecho algunos pinitos en bajada de barrancos, algo de escalda y mucha montaña, pero vía ferrata nunca. 


Fotografía de vía ferrata de Atajate

Cuando veía esas fotos de gente colgada en las paredes, me impactaba, y aunque quería experimentarlo, no estaba demasiado convencido de que yo me pudiera aventurar en ese campo, para mi tan  desconocido,  pero estaba claro que lo quería intentar.


Fotografía de vía ferrata de Atajate

Gracias a mi compañero Víctor que siempre me insistía, y andaba detrás de mí para que lo probase, él estaba convencido, que conociéndome como me conoce, me iba a gustar, y no se equivocó, fue una bonita ruta de tres vías ferratas en el mismo día.

Antes de empezar con el relato de cada una de ellas voy a iniciar una pequeña introducción en el mundo de las vías ferratas para que sepamos el contexto de esta actividad.
Para valorar la dificultad de una vía ferrata existen internacionalmente por lo menos cinco escalas diferentes. Por su popularidad, nos centraremos en la escala Hüsler y la escala francesa, para acabar con una valoración de la situación en España.
La escala Hüsler, que recibe el nombre de su creador Eugen Eduard Hüsler  divide en 5 los niveles de dificultad de la “A” a la “E” en un intervalo que va de poco difícil a extremadamente difícil.
Para graduar lo más objetivamente un itinerario y ajustarlo al máximo a su nivel Hüsler ideó la cruz de Hüsler en la que se puntúan del 1 al 4 los cuatro aspectos más importantes que definen un itinerario: la fuerza requerida, la resistencia, la experiencia en montaña y los aspectos psicológicos.


Fotografía de vía ferrata de Benalauría

El resultado en la cruz de Hüsler nos indicará en qué nivel de dificultad general colocamos la vía ferrata. En 2007 el propio creador lo actualizó añadiendo un nivel intermedio creando una nueva escala, poco utilizada todavía, que se gradúa de K1 (fácil) al K6 (extremadamente difícil).






El material a utilizar de forma obligatoria debe ser: un casco, un arnés, un disipador y unos guantes. Con estos cuatro elementos y para empezar son más que suficiente. Cuando el nivel sube, habrá que añadir otros tantos elementos, pero para principiantes como yo, son los que he utilizado.


Ferrata de Jimera de Libar

En un agradable día del mes de enero, siete compañeros del grupo de montaña del club Señal y Camino (Carmina, Pepi, Juan, Lorenzo, Manolo O, Victor y el que subscribe) coordinado por nuestro compañero Víctor, nos pusimos en marcha con dirección a la localidad malagueña de Jimera de Libar.
El material a utilizar de forma obligatoria debe ser: un casco, un arnés, un disipador y unos guantes. Con estos cuatro elementos y para empezar son más que suficiente. Cuando el nivel sube, habrá que añadir otros tantos elementos, pero para principiantes como yo, son los que he utilizado.


Esta primera vía ferrata, es perfecta para iniciarse en este mundillo. Víctor hizo muy bien en introducirnos en ella. Lorenzo y yo éramos los más novatos, los otros compañeros ya habían realizado previamente un par de ellas, y por supuesto Víctor era el más experto.


Dificultad: Fácil (A-K1)
Tiempo de acceso a la vía: 5 minutos
Tiempo de realización: 25 minutos.
Desnivel ascendido: 40 metros
A destacar: 2 puentes de mono y una tirolina (opcional)


Víctor nos da una pequeña explicación técnica de cómo utilizar los elementos y seguidamente empezamos a subir por los peldaños, enganchándonos con el disipador en el cable.


Rápidamente nos hacemos a subir y a engancharnos, sin apenas pasos voladizos, vamos avanzando tranquilamente y haciéndonos a esta nueva actividad.


La ruta es muy fácil, es más, incluso se podría hacer sin vía ferrata, trepando directamente por la roca; otras tantas veces lo hemos hecho de forma similar, pero hoy tocaba hacer ferrata, por lo tanto a practicar se ha dicho.


Llegado a un punto de la ferrata tenemos dos opciones, o pasar por un puente de monos o por una tirolona, nosotros tiramos por la primera, ya que no llevamos polea para desplazarnos por el cable.


Tras una media hora de recorrido llegamos a la salida. El pueblo de Jimera de libar queda allá abajo alumbrado con las primeras luces de la mañana.  

Aprovechamos para hacernos una foto de grupo con las peladas cumbres al fondo.


Ya la bajada la hicimos por un senderillo que se inicia en un murete de piedras. Cuando bajamos vimos otro grupo que también iniciaban la misma ferrata. Un café calentito en un bar del pueblo y hacia Atajate, en busca de la segunda ferrata.



Repetición de la ferrata de Jimera de libar, con tirolina Nov/16

viene del reportaje de Ferratas de Ronda










CONTINUA EN FERRATA DE ATAJATE

2 comentarios:

Santiago S.G. dijo...

Me gusta. De verdad.
Hay que tener una serie de cualidades físicas y mucha sangre fría, aunque diga el compañero Víctor que es muy seguro por los arneses. Si uno rebobinara y volviera a vuestros años, quizás no lo haría. Ánimo.

Antonio Bueno dijo...

Gracias Santiago. Ha sido una ruta inolvidable.